EN EQUIPO
Érase una vez una jirafa con el cuello corto y un niño descalzo. Ella quería comer pero con sus largas patas no llegaba al suelo y con ese cuello no alcanzaba a los árboles. Él quería conocer todos los rincones de la sabana pero, sin zapatos, no podía andar mucho. — ¿Y si nos ayudamos? —preguntó Guille—. Yo te doy la comida subido a esta roca y tú me paseas por todos los rincones de la llanura. — Me encanta tu…