COARTADA
Descansaba durante el día para estar fresco y cometer el atentado semanal. A pesar de que siempre dejaba una pista, y volvía al lugar del crimen, cumpliendo con el ritual y aumentando el morbo, todavía no habían conseguido relacionar los casos y estaba seguro de que la policía no tenía ni el más remoto indicio de su culpabilidad. ¿Quién iba a pensar que el cura del pueblo iba a ser capaz de tales atrocidades? Era el camuflaje perfecto. La coartada…