¡LA HE LIADO!

¡LA HE LIADO!

No voy a poder soportarlo, ni sé cómo decírselo a Bruno, ni a mis padres, ni a mis amigas. Le ha cagado a base de bien. ¿Cómo he podido ser tan tonta? ¿Por qué no lo dije en su momento y puse solución? Ahora, seguro, es tarde. Si ha salido positivo es que ya hay vida y… no soy capaz.

¿Cómo se lo tomará Bruno? ¿Querrá seguir adelante? ¿Me dejará? No puedo hacer esto sola. ¿A quién se lo digo primero? Creo que mejor llamo primero a Julia y se lo cuento, a ver si me puede ayudar. Debería estar conmigo en esto. Seguro juntas podemos buscar información en internet y ver qué hacemos. Bueno, mejor dicho, qué hago. Quizás sea mejor hablar con mi madre primero, ¿no? ¿O con él? Joder, no sé qué hacer. En cuanto empiece a decirle va a ser como la explosión de un volcán.

¡Qué manera de cagarla! Con la de información que nos han dado en el instituto. ¿Cómo he podido ser tan estúpida? Si hasta la profesora de matemáticas empleó una hora en hablarnos del temita. Y yo era de las pocas que estuve atenta, sin reírme y sin cachondeo. ¡Pues anda que me ha servido! A la primera voy y ignoro los consejos y la lío. Pero… ¡qué manera de liarla! No sé cómo salir de este jaleo y que no se entere todo el mundo, que seguro empiezan a hablarlo…

¿Podré confiar en Julia? Si solo se lo digo a ella y alguien se entera… sabré que ha sido ella la que lo ha dicho.  Bueno, que tampoco estoy ahora como para quedarme sin amigas… Supongo que sabrá que tiene que tener la boca cerrada. ¡Uf! No me fío del todo… Mejor hablo con mi madre esta noche. Eso decía el profesor de Educación Física… que ante cualquier contratiempo, lo mejor es acudir a los padres.

Esta noche lo hablo con ella. A ver si me puede ayudar a enfrentarme lo que se me viene encima: la maternidad.

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