A VECES
A veces la vida pasa… Y no pasa nada… Sentir. Fluir. Vivir.
A veces la vida pasa… Y no pasa nada… Sentir. Fluir. Vivir.
El día que había elegido para morir había llegado y lo tenía todo planificado. Para cuando todos se dieran cuenta, él debería llevar horas muerto. La despedida en la mesa, la determinación en las piernas y el puente a pocos kilómetros de allí. Al llegar, se lo pensó un par de veces hasta sentarse en la barandilla y allí, petrificado, casi desborda el río que corría por debajo con sus lágrimas, esperando un redentor que no llegaba. Parecía más fácil…
Recuerdo que nosotros apenas teníamos vacaciones porque, cuando los demás descansaban, él más trabajaba. Recuerdo que me bromeaban con que era adoptada y yo, retraída, me callaba pero con el tiempo aprendí que me parecía más a él que cualquiera de mis hermanas. Casi no le recuerdo sin bigote. Recuerdo su manera incansable de trabajar, con la pasión que solo alguien que está muchas horas al servicio lo puede hacer. Con alguna queja, con más de un achaque. Recuerdo que…
MIRADAS Una nueva noche, una nueva oportunidad. Otra vez está aquí con su grupo de amigas. Hoy estoy decidido a dar un paso más. Necesito avanzar en esta lucha de miradas que mantenemos desde hace días. Ya no puedo soportarlo más. ¡Me ha pillado! Seguro ya sabe que me tiene absorto y que me hipnotiza con cada contoneo. La forma tan graciosa de tontear con su pelo, enroscándolo entre los dedos, estirando y soltándolo en un movimiento armónico que me…
Cruzamos el umbral de la emoción y con una simpe rúbrica sentenciamos el futuro. Nos volvimos propietarias, dejamos de ser inquilinas. Nuestro hogar, nuestro lugar albergando nuestro sino. La vida nos daba un giro y nos ponía en el camino un nueva aventura que se convertía en la locura de decorarlo con el mimo de quien diseña el destino llenarlo no solo de cosas, sino de vivencias valiosas. Y entrando ya por la puerta, bien cogidas de la mano, supimos…
Papá, estoy aquí. No me puedes ver, pero seguro me sientes. Sé que todos los días me recuerdas y también sé que hoy mucho más. Papá, no sé si sabes que siento la misma pena que tú por no haber luchado lo suficiente para quedarme contigo, con vosotros. ¡Qué pena! Me hubiera gustado salir del hospital en vuestros brazos, como años después hizo mi hermana. Papá, todos los días os cotilleo entre las nubes y me gusta lo que veo….
No puedo parar de pensar que hoy debería estar celebrando mi dieciocho cumpleaños con mis amigos. Sin embargo, estoy con mi padre. Para alistarnos y defender al país. Mi madre se ha quedado llorando, en una mezcla de orgullo y pena. No sé si la volveré a ver. Tampoco sé si podrá escapar a tiempo o morirá con alguna de las bombas que caen constantemente en la ciudad, o será el frío, el hambre o la pena lo que acaben…
Por un momento pensé que la chica iba a morir. Caminaba ensimismada. Movía la cabeza al ritmo de alguna melodía rocanrolera que seguro a mi me gustaba. Tenía la música alta porque incluso yo, que estaba unos metros atrás, podía escuchar la canción. El semáforo cambió a verde. Solo ella comenzó a andar mientras los demás intentábamos averiguar de dónde venía el ruido de un motor potente, que aceleraba cada vez más, y que nos paralizó. A todos. A casi…
Los malos presagios se empezaban a cumplir. La rutina se acababa para ellos y todos los que estaban a su alrededor. El sonido del despertador por la mañana había sido sustituido por las alarmas antiaéreas que alertaban de un ataque inminente. Ahora, no era necesario elegir la ropa escrupulosamente para ir a trabajar. Solo necesitaban algo cómodo para bajar al refugio que, entre todos los vecinos, habían habilitado en el parking del edificio. Esos vecinos que apenas conocían, a pesar…
Anton Chigurh era imponente. Alto, fuerte, serio. Muy serio. Además, era impasible e insensible. Lo demostró en el relato de cada uno de sus asesinatos cuando, en la cárcel de máxima seguridad, la ADX Florence en Colorado, el abogado John Donovan se encontró con él. No gesticuló y apenas pestañeó en la hora y media que estuvieron reunidos. Miraba tan fijamente a los ojos que conseguía desconcertar a todos y su serenidad al hablar hipnotizaba como lo podía hacer Jeff…