MIEDO

MIEDO

No puedo parar de pensar que hoy debería estar celebrando mi dieciocho cumpleaños con mis amigos. Sin embargo, estoy con mi padre.  Para alistarnos y defender al país.

Mi madre se ha quedado llorando, en una mezcla de orgullo y pena. No sé si la volveré a ver. Tampoco sé si podrá escapar a tiempo o morirá con alguna de las bombas que caen constantemente en la ciudad, o será el frío, el hambre o la pena lo que acaben con su vida. Quizá no pase eso. Quizá consiga resguardarse tan bien que, cuando acabe esta pesadilla, nos volvamos a encontrar. ¿Quién lo puede saber? Nos hemos despedido con la promesa de cuidarnos y volver a vernos, pero ninguno de nosotros está seguro de poder cumplirla.

En los últimos días, los ataques rusos se han recrudecido, pero nuestra zona se estaba librando de la destrucción que en otros barrios han estado sufriendo. Nuestro edificio sigue en pie. No sabíamos si sería cuestión de horas, de días o de semanas, pero estábamos seguros de que en algún momento nuestra suerte se iba a acabar. Y teníamos que salir.

Menos mal que anoche convencimos, por fin, a mi madre de que se fuera de la ciudad para ir a algún sitio más seguro. Otro lugar. Otro país. Cualquier alternativa es mejor opción que allí. Y nosotros, que no podemos abandonar el país, hemos tomado la determinación de unirnos a las unidades territoriales de defensa. Me muero de miedo y seguro que mi padre también, pero no nos atrevemos a decirlo.

En esta cola todos pensamos lo mismo, pero nadie habla. Nos miramos de soslayo sin saber si tendremos que salvarnos la vida unos a otros, socorrernos o resguardarnos juntos. Y el silencio me mata. El miedo crece según mi turno se acerca. ¿Qué pueden esperar de mi? No tengo ninguna experiencia más que lo que he leído en los libros sobre las guerras anteriores y no sé si voy a ser capaz. Cada vez estoy más aterrado y solo quiero huir, pero no puedo. No quiero dejar a mi padre solo, no quiero seguir solo, no tengo otro camino.

— El siguiente — dice una voz seca tras la mesa.

Ese soy yo. Mi turno ha llegado.

 

**Segunda participación en el Concurso Voces de Ucrania 

Si te gusta, comparte

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *