EL ABUELO
Visitar aquella buhardilla no fue plato de buen gusto. Ahora ya nada importaba pero vaciarla y encontrar a saber qué me daba más miedo que pudor. Iba ordenando y guardando hasta que mi atención se volcó en una llave que, de inmediato, supe pertenecía a la cerradura de aquel baúl viejo del fondo. Lo abrí y el olor a rancio casi me tumba. ¿Cuántos años llevaría allí sin abrirse? Abrí una pequeña carpeta y por fin descubrí y confirmé esa…