EL VECINO – PARTE IV
El vecino – Parte I https://relatoteca.com/el-vecino/
El vecino – Parte II https://relatoteca.com/el-vecino-parte-ii/
El vecino – Parte III https://relatoteca.com/el-vecino-parte-iii/
Pasé buena parte de la noche escuchando el ruido, pero esta vez me acomodé y lo hice con conocimiento de causa. Sabía a lo que me atenía y comencé a descartar ideas para darle un poco de sentido. No podía ser que tuviera una mudanza pronto porque, de ser así, se escucharían otros ruidos como el de embalar, abrir cajones, cerrar, empaquetar… Nada de eso. Tampoco podía ser que hubiera decidido dar un cambio a la distribución los muebles porque, de la misma forma, serían sonidos variados. No siempre el mismo. Con la misma intensidad en el arrastre, con el mismo movimiento. Tampoco podía ser un ímpetu nocturno por la limpieza porque entonces ¿para qué lo haría cada cinco minutos? ¿por qué esa repetición torturante?
Nada tenía sentido así que sobre las dos de la mañana, cuando el ruido cesó, me acomodé en la cama y una vez más pasé mas tiempo despierto que dormido porque la cabeza no paraba de darme vueltas. Se había convertido en una especie de obsesión que debía de resolver de forma inmediata. Y eso fue lo que determiné justo antes de caer dormido.
A la mañana siguiente, bien temprano, y aprovechando que el vecino debía estar durmiendo lo que no había dormido las noches anteriores, subí y le dejé la siguiente nota en el felpudo.
«Querido vecino,
Le escribo porque vengo notando las últimas noches que, desde las doce hasta las dos de la mañana, se produce en su casa un sonido constante durante varios segundos y se repite en secuencias de cinco minutos. Desconozco si lo hace desde hace mucho tiempo, porque afortunadamente, yo suelo dormir plácidamente excepto los últimos días y, ahora, mucho peor desde que descubrí este sonido que, además de molestarme, me inquieta sobremanera.
Agradecería su colaboración en esclarecer los motivos de tan extraño suceso y, en la medida de lo posible, minimizar los ruidos por el descanso de sus vecinos.
Atentamente,
Firmado: Un desvelado».
La respuesta tardó pocas horas en llegar y lo supe desde el momento en que lo depositó en mi felpudo porque, como si fuera un superpoder recién adquirido, ahora podía escuchar cualquier sonido que el susodicho hiciera. La abrí y leí.
«Querido vecino,
Siento enormemente las molestias que le haya podido ocasionar. Hubiera deseado no tener que molestar pero mi Trastorno Obsesivo Compulsivo está mucho peor desde que mi pareja me dejó. Para saciar su curiosidad, que de obsesiones sé bastante, le explico que desde hace unos días no puedo dormir en mi cuarto.
Sobre las doce de la noche, hora a la que me tengo que ir a la cama, comienza el ritual, como bien sabe. Me acuesto en la cama. No puedo estar. Pienso que si la desplazo un poco la situación cambiará, así que la muevo un poco y me vuelvo a acostar. Como no funciona la vuelvo a desplazar. Espero cinco minutos y vuelvo a empezar. Entre tanto, salgo de la habitación, respiro profundamente y vuelvo a empezar. Finalmente a las dos horas de levantarme, mover, acostarme, levantarme, salir de la habitación, respirar… suelo caer rendido a las dos horas en cualquier lugar de casa. Anoche fue en la bañera.
Estoy haciendo todo lo posible por tratarlo pero, por ahora, nada ha funcionado. Mi psiquiatra dice que con meditación y algo de medicación mejorará pero es cuestión de tiempo.
De nuevo le reitero mi más sinceras disculpas. Me despido con el deseo de mejorar mi circunstancia personal así como el descanso de usted y el resto de residentes.
Un cordial saludo,
Firmado: Un obseso de las rutinas.»
¿Continuará?
2 comentarios en «EL VECINO – PARTE IV»
Sííííí! Debe continuar! quiero conocer más acerca del vecino con TOC y de qué hará el vecino a partir de ahora…
Un saludo
Jejejeje lo pensaré… 😉