MALEDICTUM
Allí en la soledad de la tarima, la malograda mujer comenzó a declamar: ¡Asesinos! Me dirijo a vosotros. Los que me habéis perseguido desde que tengo memoria, los que habéis falseado, mentido y especulado con mis costumbres. Aquellos que amañasteis el inquisitio de vox et fama para que acabara ante vosotros y, con seguridad, me llevaréis en pocos días a la hoguera. ¡Criminales! Si, vosotros, que os creéis a salvo de cualquier justicia, superiores e intocables. Esos ropajes negros solo…