RECUERDO

RECUERDO

Recuerdo que nosotros apenas teníamos vacaciones porque, cuando los demás descansaban, él más trabajaba.

Recuerdo que me bromeaban con que era adoptada y yo, retraída, me callaba pero con el tiempo aprendí que me parecía más a él que cualquiera de mis hermanas.

Casi no le recuerdo sin bigote.

Recuerdo su manera incansable de trabajar, con la pasión que solo alguien que está muchas horas al servicio lo puede hacer. Con alguna queja, con más de un achaque.

Recuerdo que vacilaba diciendo que yo tiraba muy bien la cerveza, pero que me dejara de bares.

Recuerdo sus normas, sus leyes a las que no le veía sentido y, ahora, las hago casi mías.

Recuerdo cuanto fumaba. Recuerdo cuando lo dejó y nadie le creyó.

Recuerdo alguna charla, más de una bronca incluso no tan lejanas y recuerdo la media sonrisa de mi madre diciendo:

«si es que sois tan iguales».

Recuerdo que su apellido, con nosotras, se desvanecerá pero los genes continúan bien fuertes.

Casi no me acuerdo hoy de felicitarle, pero sabía que mis letras irían para él.

Y recuerdo que me lee, cada día, y seguro que sonreirá.

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