EL FIN
En el cielo solo se podía ver un sol espléndido, reluciente, dando la temperatura justa para que pudiéramos llevar una simple chaquetita fina para abrigarnos. Nada de viento, tan solo una suave brisa que arrastraba los olores de las florecillas creciendo en cada recoveco. Los parques verdes repletos de árboles mostrando toda su majestuosidad siendo hogar para los pájaros, que melodiosamente ponían la banda sonora al día, y sombra para los ancianos que paseaban. A los pies de los troncos…