Todo comenzó casi sin saber por qué. Necesitaba escribir, expresarme, sacar mucho de lo que tengo en el coco y me propuse un reto ¿Escribir? ¿A diario? ¡No tienes lo que hay que tener!

Pues hoy, treinta y un días después, con casi doce mil palabras, lo he conseguido. He tenido mis dudas, he pensado que no podría, he visto el reloj cercano a las doce de la noche y pensado que no llegaría pero… ¡lo he conseguido! En enero sí.

Todos los textos han pasado por estas manos en algún momento y, muy pocos, han sido rescatados del lugar recóndito donde los guardo, para volver a la vida.

Ahora no me centro tanto en calidad, sino más bien en la cantidad, la regularidad, la CONSTANCIA, el superarme cada día sabiendo que he podido, acostarme satisfecha porque he cumplido mi propósito un día más: crear mi hábito escritor.

Seguro, llegarán días en los que crea que no y otros en los que, definitivamente, no pueda ser porque nosotros tenemos unos planes y luego llega la vida.

¡Gracias por seguirme este primer mes! Espero me acompañéis en todos los que tengan que venir.