SALTO
La decisión está tomada. Te advertí que no me pusieras en esta tesitura porque las consecuencias podían ser fatales para nosotros y, así lo has querido. No, no te culpo por ello porque, en el fondo, sé que para ti ha sido la excusa que necesitabas para dejarme ir. Una decisión cobarde que me has obligado a tomar porque sabes que, tú nunca lo harías. Cumpliste tu promesa vacía de no dejarme nunca, pero ese acuerdo contigo mismo no tiene…