Con un corro de maletas se encontraron. Meses, quizá años, pensando en aquel momento. Tan esperado, tan ansiado, tan necesitado. Una escapada de cuatro tras tantos años a la espalda. Por fin. Se fugaron.

Todos temieron, en algún momento, que algo entorpeciera aquel plan de fin de semana. Mucho más por los tiempos de incertidumbre que les rodeaban. Pero no. Allí estaban ellos, más bien puntuales, nerviosos y anhelantes por comenzar.

Billetes de tren en mano, maletas arrastradas y comprobadas. Mesa para cuatro y unas horas para charlar. Sin prisa, ni toque de queda. Ni un me marcho que tengo que… Todo el tiempo para ellos. Todo el mundo a sus pies.

Muchas risas, ganando el tiempo, viviendo juntos, compartiendo. Mapa por aquí, ruta por allá y muchas horas por caminar. Un plan más que perfecto.