ESCRIBIENDO
Mes y medio después parece que mi cabeza se vació. Es posible que la haya exprimido tanto en estos cuarenta y ocho días (oficiales) que llevo escribiendo a diario o, simplemente que el cansancio, las circunstancias o la vida se hayan cruzado por medio y me hayan dejado así. Callada. En silencio. Pero no con poco que decir.
Me quedan muchas historias, más ideas y miles de letras por escribir pero hoy… no me apetece inventar sino más bien expresar todo lo que estoy aprendiendo en esta aventura que comencé como un propósito más que, en general, no me suelen durar.
Trabajando duro la constancia he conseguido sacar cada día un rato — mi rato — para continuar escribiendo y hacer público todo lo que llevo dentro. He conseguido perder la vergüenza — o casi — del qué dirán y conocer el esfuerzo de cumplir con tu objetivo y la satisfacción de verlo cumplido. Cada día. Gracias a ello puedo decir que estoy orgullosa de mi.
¿Dónde me llevará esta aventura? El tiempo lo dirá. Seguramente se quede en un pasatiempo, un entretenimiento o quizás algo más. No lo sé y la verdad tampoco me importa. Solo quiero no cejar en mi empeño de seguir escribiendo a diario, esforzarme por ello y hacerlo posible.
Y, por último, gracias a lo que estáis al otro lado dando un apoyo, un comentario, un mensajito. Hacéis muy grande algo muy pequeño.