DESEO CUMPLIDO
Necesitaba ese café, tanto como sentarse. Lo pidió en barra y le hizo un gesto a la camarera haciéndole saber que se sentaría en la mesa del fondo. Después de todo lo que le había pasado aquel miércoles solo necesitaba descansar, entrar en calor y, a ser posible, desaparecer. — ¡Quién pudiera ser invisible! — pensó por un momento. A los pocos minutos, la camarera le dejó en la mesa el café acompañado de una pequeña galleta y la cuenta….