BRINDIS
Alzo el vidrio mientras me guiño un ojo en el espejo. Suena el pulso. El miedo ríe con el recuerdo presente de tantos encuentros sombríos con las batas blancas de los sucesos. Huele la lágrima. Libre de toda suciedad saboreo con cariño cada gota del bermellón caldo que maquilla los senderos de mis labios anhelantes. Tiembla el beso. Afrutada fragancia que despierta el espíritu de quien fantaseó con no volver a saborear su pasión. Siente el nervio. Disparador creativo: Brindis…