HISTORIA DE UN PROPÓSITO
La luz del mediodía le recordó que era hora de comenzar su nuevo hábito. Tenía un propósito claro y debía ponerse en marcha. Una buena ducha para despejar la resaca del día anterior. ¡Uf! Casi la hora de comer. — Bueno, pues cocino algo rápido y ya empiezo. El silencio y el cansancio acumulado de tantos días de fiesta le llevaron a la tentación de un poco de descanso en el sofá. — Pero, ¿cómo puedo tener sueño si he…