NOMBRE
Hubo un tiempo que no me gustaba ni nombre. Le cogí tirria, lo aborrecí y hasta casi lo odié. No puedo explicar bien el por qué. Quizás las bromas, el diminutivo… Y así como ese ardor interno llegó, se fue pasando y le busqué lo bonito de mis tres letras. Y cada vez me gusta más. Llevar la tradición familiar conmigo, tener a mi abuela presente cada día, ser capicúa, los amantes del círculo polar y su teoría de…